EL CABALLO, PROTAGONISTA FUNDAMENTAL EN LA ROMERÍA
Al despuntar el alba los jinetes se apresuran a las cuadras, para como un solemne ritual asear y engalanar a sus jamelgo.
Con sus mejores galas, corceles y jinetes, se van congregando en el punto de partida, donde ya empieza la gran convivencia entre amigos.
Son las ocho de la mañana y los encargados de la seguridad del desfile ya han organizado a los caballistas para que la peregrinación transcurra de forma ordenada.
Cristóbal, empuñando la banderola, abre el numeroso cortejo de jinetes que se dan cita ineludible como cada año para hacer el camino hacia el Santuario Cristo del Romeral.
Después de la celebración de la Santa Misa en honor al Cristo, todos parten hacia el Pinar de la Plata y allí de forma distendida los caballistas pasean por las arenas del pinar haciendo paradas en la que aprovechan para saludar a cada grupo de amigos y hacer de este un día inolvidable.
